Cuesta mucho escribir
unas palabras a quienes te han dado esta oportunidad preciosa que es la vida, y
que, además, han hecho que transcurra de la mejor manera posible. En la
posición de hijo se ve a los padres desde muchos puntos de vista. Cuando somos
bebés, ellos lo son todo y nos modulan el carácter desde muy temprano; luego
vamos creciendo y los necesitamos tanto, a veces sin darnos cuenta. Luego
buscamos nuestra identidad, a veces en la cara oculta de ellos o en lugares más
inhóspitos. Más tarde, cada uno va encontrando su lugar y recorre la vida como
puede o quiere. Pero el Amor y la ternura que nos dieron y nos dan nos han
marcado para siempre.
He buscado la esencia de vuestras almas en mi interior;
aquello que habéis mostrado inadvertidamente a través de vuestros ojos y de
vuestros actos durante tantos años. Y he visto que está ahí, alentando cada
instante y calentando el corazón como cuando era un bebé. Esos “padres de
antes” que os ha tocado ser por vuestra generación, resulta que son también más
“padres de ahora” que muchos de los de ahora, adaptándose a cada paso y
apoyando y ayudando a sus hijos en los tiempos buenos y en los no tan buenos.
¿Qué pasa en más de 50 años juntos? Vosotros ahora podéis
contarlo. Felicidades, porque no muchos pueden llegar a celebrarlo y a volver a
decirle a Dios y al mundo que os queréis tanto que os casáis de nuevo. Supongo
que el secreto está en muchas cosas, pero creo haberlo degustado tanto que mi
alma se ha apoderado de él, e intentará transmitirlo a los siguientes. Crecer
en un hogar o en otro es cuestión de suerte muchas veces. La mía ha sido grande
y en el transcurso de esta vida voy descubriendo más y más la verdad de esta
afirmación. Cuando la pareja cada vez tiene menos esperanza de vida, vosotros
estáis aquí ahora despues de más de 50 años, y soy testigo de que no es por
casualidad ni por costumbre, sino por Amor.
Y no debe ser fácil seguir tantos años manteniendo la
llama mientras se sacan 3 niños adelante, porque no se trata ya de 2 sino de 5,
que hacen todo más difícil todavía y más mágico si cabe. ¡Cuanto de vosotros se
queda en nosotros sin quizás ser conscientes!: la voluntad, la alegría, la
sencillez, la solidaridad, el respeto, la espiritualidad, la capacidad de
trabajo remunerado incansable y del no remunerado, tan duro como el que más...
La entrega absoluta incondicional, la ternura, el silencio oportuno, la
vigilancia en presencia y a distancia, y tantas y tantas cualidades... Y hasta
esos 2 viajes, a Francia y a Portugal, que me hicieron ya soñar tanto en las 2
únicas ocasiones en que el trabajo pudo parar por unos días.
Y como las palabras se las lleva el viento, dejo que
los hechos y la vida sigan haciendo su trabajo y os dejen seguir mostrando que
todavía hay mucho Amor para siempre, del bueno bueno, y del que quienes os
rodean pueden disfrutar en vivo y en directo. Os queremos mucho.
¡¡¡Vivan las madres que os parieron!!! ¡¡¡Felices Bodas de Oro!!! ¡¡¡Feliz
50 años juntos!!!
Con mucho Amor,
Ignacio
14 Junio 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario